“How we define a problem often will determinate what we are willing to consider as solutions”
(“La forma en que definimos un problema la mayoría de las veces determina lo que estamos dispuestos a considerar como una solución”).
Leí esa frase hace 5 años sentada a la sombra de un árbol. Cuando mis temblores y mil síntomas más eran, según yo, parte de mi personalidad. Y aunque hoy la relacioné con mi salud mental, en aquél entonces la digerí solamente en términos de… tortugas marinas.
Por lo tanto, supuse que lo adecuado sería comenzar a hablar en términos de tortugas marinas (porque… ¿a quién no le gustan las tortugas marinas?). Así que, aquí vamos:
Cuando enfocamos la inminente extinción de tortugas marinas en que “quedan muy pocas tortugas”, muy probablemente pensaremos en soluciones que únicamente impliquen incrementar el número de las mismas. No porque seamos unos malvados seres humanos que solamente piensan en sí mismos y no les importa nada más (aunque para ser sincera, a veces la humanidad me hace creer que sí es así); sino porque no estamos viendo la imagen completa. Y es ahí en donde entran las “tecnologías a medias” (Halfway technology); provocando que no enfoquemos nuestra atención al verdadero problema. Dichas tecnologías están diseñadas para posponer la muerte, pues no atacan el problema de raíz y por lo tanto hacen poco o nada para curar un mal que no entendemos.
Es por eso que programas que se encargan de retener crías de tortugas marinas en cautiverio con fines turísticos o de conciencia ambiental sirven únicamente para mandar tortugas a un ambiente en el que sus padres ya han demostrado que no pueden prosperar; de hecho, dichos programas llegan a impedir que las tortugas cumplan importantes funciones ecológicas en sus ambientes naturales, e incluso pueden ponerlas en desventaja una vez que se les libera. Estos programas se presentan entonces como errores de conservación y la verdad es que hoy, a inicios del año 2022, se sienten como intentos por hacernos sentir bien como seres humanos con las consecuencias de nuestras acciones.
Existen programas más adecuados diseñados para dirigir y corregir problemas particulares a los que se enfrentan las tortugas marinas sin sacarlas de su hábitat. Por ejemplo, instalar dispositivos para excluir tortugas de redes de pesca camaroneras reduce la mortalidad de los adultos y juveniles de tortugas marinas y por lo tanto, ataca el problema de raíz (que es lo que deberíamos de buscar desde un inicio en cualquier circunstancia: ATACAR EL PROBLEMA DE RAÍZ).
Por desgracia no soy una tortuga marina, pero sí que he estado tratando mis problemas de manera superficial, no entraré al tema de si lo hice consciente o inconscientemente; aunque lo cierto es que no tenía la información necesaria a la mano. Y es que en términos de salud mental para mí y me atrevería a decir que para muchas otras personas, es muy difícil hacerme de la información. No porque no pueda entrar a internet y buscar mis síntomas, no porque no pueda leer todas las páginas y ver todos los videos que se me crucen en el camino; sino porque encontrar a un profesional que me escuche, entienda y dirija en mi largo y sinuoso camino hacia la muy anhelada recuperación ha sido casi una misión imposible.
Pero no todo es culpa de las personas a las que he llegado esperando una pastilla mágica que cure mi depresión, que desaparezca mi ansiedad o una gran charla que me haga entender lo que hay mal en mí. No, porque ni el mejor psicólogo del mundo, ni el mejor psiquiatra podrían decirme con certeza mi mal sin yo abrir la boca. Sin hablar de mi dolor, de mis penas, de la vergüenza y un sinfín de etcéteras que me han acompañado en mi vida.
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una enfermedad de salud mental que se desencadena por una situación aterradora que la persona haya experimentado o presenciado y que va desde una guerra hasta un abuso o un desastre natural. En el trastorno de estrés postraumático complejo (TEPT-C) la situación traumática se ha producido repetidamente y a lo largo de mucho tiempo, de tal manera que la exposición prolongada al trauma condiciona el desarrollo de la personalidad del individuo. Los síntomas pueden incluir flashbacks y pesadillas, evitación de los lugares y personas que le recuerdan el trauma, aislamiento, estado de alerta todo el tiempo, palpitaciones, dolores de cabeza, sentimientos de pánico y miedo, ansiedad, depresión, disociación, ideas suicidas, consumo excesivo de alcohol, uso de drogas (y más, muchos más síntomas).
A menudo el TEPT no se reconoce como tal porque a los afectados nos cuesta trabajo hablar de los acontecimientos traumáticos y sentimientos molestos (a mí me cuesta mucho expresarme con palabras cuando se trata de esto), o no queremos admitir nuestros síntomas (como yo cuando creía que todo era parte de mi personalidad) porque no queremos ser considerados débiles o mentalmente inestables.
No soy una profesional de la salud mental, pero sí soy una persona que (ahora lo sé) ha lidiado como las tortugas marinas, con errores de conservación, con “tecnologías a medias”. Aceptando diagnósticos en los que únicamente se me decía que sufría de ansiedad y depresión. Todo el tiempo, tantos años, ansiedad y depresión. Hasta el pasado viernes en que mi psiquiatra le dio una razón a mi ansiedad, a mi depresión y al montón de síntomas horribles con los que he tenido que vivir durante tanto tiempo, al decirme que su diagnóstico conmigo es TEPT-C. Ahora siento que podemos dejar atrás los problemas de conservación, las tecnologías a medias… y por fin atacar el problema de raíz.
Si tú como yo has lidiado con síntomas y situaciones que te hacen sentir que algo definitivamente anda mal contigo, deja de culparte, deja de buscar soluciones a medias y por favor consulta a un profesional que te acompañe en el camino.
Sanar no es lineal.
Yo te creo.
-Tere
No estás sola, y espero sostenerte en la corriente marina. Besos.
Qué valiente!
Escribes hermoso… y te repito lo mismo. No estás sola.
¡Gracias !
Es lo primero que sale de mi escribir siento que se requiere mucho valor para hablar de temas tan personales y a menudo dolorosos.
Siempre te comento que logro empatizar en tu situación por haber tenido ciertas vivencias similares lo cual hace difícil a veces tener una vida funcional creo que este escrito está lleno de verdad y esperanza para quienes atravesamos por este tipo de circunstancias además está escrito muy bellamente haciendo conexiones con un tema del cual yo no tenía mucho conocimiento.
Me alegro que en tu proceso hayas avanzado en qué te dieran un diagnóstico, el tener un nombre para lo que te sucede no cambia las circunstancias pero es sumamente poderoso, que dejes de verlo a lo que pasa de manera interna como parte de tu personalidad y se vea como un ente separado provocado… Eso me sucedió a mí cuando supe realmente que era tener TDAH sé que son experiencias distintas pero el nombrarlo y aprender lo que conlleva me deja cierta paz conmigo misma… Aunque eso sea solo un parte pequeña del trayecto…
De corazón espero que sanes pronto, aunque esté deseo está muy cargado de buenas intenciones es con todo cariño, te admiro y te quiero.
Mi muy querida y admirada Tere:
Desde que tenía 15 años el tema de la salud mental me rondaba por la cabeza, incluso mi mamá escuchaba un programa de radio llamado: «En Voz Alta» con el Dr. Miguel Esteban Balderrama y desde ahí, despertó mi consciencia sobre este tema.
Desde esa edad, yo no sabía que existía algo como un «diagnóstico», ya que yo convivía con mi ansiedad-depresión-inferioridad como si fuera algo de lo más normal, vaya, que si mis papás me decían que yo exageraba y que «así son las personas» entonces significaba que sentirme mal todos los días era algo natural en mí.
Hasta que en 2007 me di cuenta que no era normal sentirme triste, inferior, depresivo: ¡tenía derecho a sentirme bien, feliz, como aquellas personas que veo que ya lo son!
Yo pensaba que eso era sólo para los famosos o para gente de buena apariencia física.
Sin embargo, con el pasar de los años me di cuenta que aún personas con aparente belleza física, también tenían problemas como los mios, caray, ¡también eran humanos, como yo!
Hasta que, en 2015 mi vida cambia y conocí Booktube y en 2020 nace La Orden del Fénix y de ahí, mi autoconcepto cambió, me superé mucho y he podido ayudar a muchas personas que pasaron por lo que yo he pasado; porque sé como se sienten y puedo darles una mano.
Me da gusto que, por un lado ya hayas recibido un diagnóstico y por otro lado, que como dicen Maricruz y Grace: NO ESTAS SOLA, por lo menos no mientras yo esté aquí y pueda ayudarte por cuanto medio me sea posible.
¡Que no decaiga esa sonrisa que tienes!
Recuerda que eres La Sonrisa de BookTube.
¡Te quiero muchísimo!
Atte: Moy
Wow, simplemente hermoso. Mientras iba leyendo, no podia dejar de identificarme, recordar esos momentos en que mi vida tiene los altos y bajos.
Como dicen los demas, no estas sola.
Tere: te quiero mucho y no estás sola. Te mando un abrazo enorme y todo mi cariño. Que sigas teniendo esa fuerza, entereza y forma tan bonita de expresarte por escrito, me gustó mucho esta entrada ❤
eres una persona admirable, y yo también te digo que no estas sola, tanto yo como varias personas que te queremos estamos contigo y para ti, te quiero mucho, que de ahora en adelante tu recuperación sea más fuerte 💪