Hace rato me dijo mi psicóloga que le escribiera una carta de amor a mi cuerpo, para poder poner en una balanza el mal momento que me está haciendo pasar. Le dije que no, que ahorita no puedo; que en este momento estoy muy molesta con él y con el mal chiste que es la vida.
Pero luego vi algunas fotos y… qué morrita tan chingona ella, la que aguantó la operación, las curaciones, el setón, el dolor más horrible que se puedan imaginar, la recaída, los meses en cama, el estar dopada más de la mitad del día por meses, los baños de asiento, la vergüenza de su cuerpo así de expuesto, así de vulnerable.
Sí, que mujer tan valiente, aunque le cague que se lo digan; tan fuerte, aunque nunca haya sido su intención; tan resiliente, aunque hubiese querido no tener que serlo.
Gracias, Tere… gracias por recordarme que aunque sienta que el miedo me asfixia, las ganas de llorar me ganan; “y el dolor no me deje pensar… la nena no se rinde ni la nena llora”. 🎶

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